'TERRASSA DEL CAFÈ DE NIT' / VAN GOGH (1888) |
"Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos
y crecientes cuanto más reiterada y persistentemente se ocupa de
ellas la reflexión: el cielo estrellado que está sobre mí y la ley moral
que hay en mí.
Son cosas ambas que no debo buscar fuera de mi círculo visual y
limitarme a conjeturarlas como si estuvieran envueltas en tinieblas o se
hallaran en lo trascendente; las veo ante mí y las enlazo directamente con la
conciencia de mi existencia. La primera arranca del sitio que yo ocupo en el
mundo sensible externo, y ensancha el enlace en que yo estoy hacia lo
inmensamente grande con mundos y más mundos y sistemas de sistemas, y además su
principio y duración hacia los tiempos ilimitados de su movimiento periódico.
La segunda arranca de mi yo invisible, de mi personalidad y me expone
en un mundo que tiene verdadera infinidad, pero sólo es captable por el entendimiento, y con el cual (y, en consecuencia, al mismo tiempo
también con todos los demás mundos visibles) me reconozco enlazado no de
modo puramente contingente como aquél, sino universal y necesario.
La
primera visión de una innumerable multitud de mundo aniquila, por así
decir, mi importancia como siendo criatura animal que debe devolver al
planeta (sólo un punto en el universo) la materia de donde salió después de
haber estado provisto por breve tiempo de energía vital (no se sabe cómo).
La segunda, en cambio, eleva mi valor como inteligencia infinitamente, en virtud de mi personalidad, en la cual la ley moral me revela una vida independiente de la animalidad y aun de todo el mundo sensible, por lo menos en la medida en que pueda inferirse de la destinación finalista de mi existencia en virtud de esta ley, destinación que no está limitada a las condiciones y límites de esta vida".
La segunda, en cambio, eleva mi valor como inteligencia infinitamente, en virtud de mi personalidad, en la cual la ley moral me revela una vida independiente de la animalidad y aun de todo el mundo sensible, por lo menos en la medida en que pueda inferirse de la destinación finalista de mi existencia en virtud de esta ley, destinación que no está limitada a las condiciones y límites de esta vida".
IMMANUEL KANT Crítica de la raó pura
Referències:
F. REQUEJO: 'Kant avui: cosmos, evolució, cervell'
http://registrousuarios.lavanguardia.com/premium/54392395632/index.html
Referències:
F. REQUEJO: 'Kant avui: cosmos, evolució, cervell'
http://registrousuarios.lavanguardia.com/premium/54392395632/index.html
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